La revista Latin Beat catalogó su trabajo como "prometedor". La publicación especializada Jazziz lo describió como "impresionante". L.A. Salsa Magazine lo destacó por su aportación musical. Y el importante diario niuyorkino Daily News le auguró un gran futuro dentro del difícil género del jazz.
A todas luces el debut discográfico de Humberto Ramírez y su Jazz Project en 1992 fue indiscutiblemente una gran sorpresa en el ambiente artístico. Mas los elogios de la crítica fueron sólo una muestra de la reacción espontánea que se crea en todo aquel que tiene la oportunidad de escuchar el trabajo musical de este joven trompetista y compositor, nacido en San Juan.
Con el aplauso de la crítica especializada, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos, Jazz Project se convirtió en toda una revelación discográfica. Tanto que, en sólo un año, Humberto se hizo merecedor de innumerables galardones. Ganó el Premio Paoli como el Mejor Arreglista Musical de 1992. Se le otorgó el Premio Diplo al Mejor Disco de Jazz. Fue integrado al libro Who's Who in Entertainment por su labor en el campo de la música. Y fue distinguido con el Premio a la Excelencia, otorgado por un jurado especializado que anualmente organiza la revista TV y Novelas.
De la misma forma Humberto y su Jazz Project figuró como una atracción para los amantes del jazz en tres festivales celebrados en Puerto Rico. Primeramente, en la edición de 1991 del Heneiken Jazz Festival, compartió estelares con Freddie Hubbard, Paquito D' Rivera, Giovanni Hidalgo y Justo Almario. En la siguiente edición de este Festival, Humberto actuó junto a Michel Camilo, Mc Coy Tyner y Andy Narell.
Posteriormente, figuró como una de las atracciones del Michelob Dry Jazz & Latin Music Festival, celebrado en el verano de 1993. En éste Humberto y su grupo se destacaron junto a figuras de la talla del estadounidense Herbie Hancock y la leyenda boricua del timbal, Tito Puente.
Ante todos estos aciertos, Humberto Ramírez debutó ya por derecho propio en la Sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes. En una producción de César Sainz para Rompeolas, el joven músico compartió la tarima de Bellas Artes con el famoso jazzista Chick Corea, logrando numerosos aplausos de la crítica especializada.
En lo que se presenta como una muestra innegable de su dominio musical, sus subsiguientes lanzamientos le ganaron igual aceptación de la crítica. "Aspects", por ejemplo, fue ampliamente reseñado en publicaciones especializadas de los Estados Unidos como Jazz Times, New York Daily News, Latin Beat y CD Review. En "Portrait of a Stranger" dio rienda suelta a su sabor latino, mientras en "Canciones de amor" trabajó la línea romántica tradicional. Por otro lado en "Treasures" nos llevó a las raíces del jazz latino y con "Paradise", de reciente cosecha, revivió el sonido tipo "big band".
En estos aspectos, en su cargada agenda de trabajo Humberto ha encontrado espacio para continuar laborando con producciones tropicales que han sido reconocidas por amplios sectores de la industria musical. Como ejemplo, en cuestión de apenas un año, "Aparentemente" de Tony Vega le mereció Disco de Oro, Platino y un 3M Visionary Award como productor. Con "Cuándo parará la lluvia" de Johnny Rivera, Humberto ganó otro Disco de Oro. Con "Lo mío es amor" se le hizo acreedor del Ampex Golden Reel Award. Y a las puertas de un nuevo siglo su labor como director musical de Olga Tañón ha trascendido del escenario al disco, como es el caso de "Olga viva, Viva Olga" el cual le ganó a la artista nominaciones tanto al Grammy sajón como al Grammy latino.
Estas aportaciones que distinguen la creatividad de Ramírez dentro del campo de la producción vienen a complementar una larga lista de créditos entre los que también se incluyen sus producciones para figuras de primer orden como Roberto Rohena, el Conjunto Chaney, el álbum nominado al Grammy de Willie Rosario, "Nueva cosecha"; y la producción "Hecho en Puerto Rico" de Willie Colón.
En resumen, a pesar de su juventud, la labor de Humberto Ramírez dentro de la música es indiscutiblemente encomiable. El joven que desde su nacimiento ha estado prácticamente en contacto con la música, y que posteriormente llegara a completar estudios en esta expresión del arte en centros como la Escuela Libre de Música, el Berklee College of Music y el Dick Grove School of Music, hoy camina a establecerse dentro de los grandes nombres del pentagrama musical a fuerza de talento, determinación y creatividad.
A todas luces el debut discográfico de Humberto Ramírez y su Jazz Project en 1992 fue indiscutiblemente una gran sorpresa en el ambiente artístico. Mas los elogios de la crítica fueron sólo una muestra de la reacción espontánea que se crea en todo aquel que tiene la oportunidad de escuchar el trabajo musical de este joven trompetista y compositor, nacido en San Juan.
Con el aplauso de la crítica especializada, tanto en Puerto Rico como en los Estados Unidos, Jazz Project se convirtió en toda una revelación discográfica. Tanto que, en sólo un año, Humberto se hizo merecedor de innumerables galardones. Ganó el Premio Paoli como el Mejor Arreglista Musical de 1992. Se le otorgó el Premio Diplo al Mejor Disco de Jazz. Fue integrado al libro Who's Who in Entertainment por su labor en el campo de la música. Y fue distinguido con el Premio a la Excelencia, otorgado por un jurado especializado que anualmente organiza la revista TV y Novelas.
De la misma forma Humberto y su Jazz Project figuró como una atracción para los amantes del jazz en tres festivales celebrados en Puerto Rico. Primeramente, en la edición de 1991 del Heneiken Jazz Festival, compartió estelares con Freddie Hubbard, Paquito D' Rivera, Giovanni Hidalgo y Justo Almario. En la siguiente edición de este Festival, Humberto actuó junto a Michel Camilo, Mc Coy Tyner y Andy Narell.
Posteriormente, figuró como una de las atracciones del Michelob Dry Jazz & Latin Music Festival, celebrado en el verano de 1993. En éste Humberto y su grupo se destacaron junto a figuras de la talla del estadounidense Herbie Hancock y la leyenda boricua del timbal, Tito Puente.
Ante todos estos aciertos, Humberto Ramírez debutó ya por derecho propio en la Sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes. En una producción de César Sainz para Rompeolas, el joven músico compartió la tarima de Bellas Artes con el famoso jazzista Chick Corea, logrando numerosos aplausos de la crítica especializada.
En lo que se presenta como una muestra innegable de su dominio musical, sus subsiguientes lanzamientos le ganaron igual aceptación de la crítica. "Aspects", por ejemplo, fue ampliamente reseñado en publicaciones especializadas de los Estados Unidos como Jazz Times, New York Daily News, Latin Beat y CD Review. En "Portrait of a Stranger" dio rienda suelta a su sabor latino, mientras en "Canciones de amor" trabajó la línea romántica tradicional. Por otro lado en "Treasures" nos llevó a las raíces del jazz latino y con "Paradise", de reciente cosecha, revivió el sonido tipo "big band".
En estos aspectos, en su cargada agenda de trabajo Humberto ha encontrado espacio para continuar laborando con producciones tropicales que han sido reconocidas por amplios sectores de la industria musical. Como ejemplo, en cuestión de apenas un año, "Aparentemente" de Tony Vega le mereció Disco de Oro, Platino y un 3M Visionary Award como productor. Con "Cuándo parará la lluvia" de Johnny Rivera, Humberto ganó otro Disco de Oro. Con "Lo mío es amor" se le hizo acreedor del Ampex Golden Reel Award. Y a las puertas de un nuevo siglo su labor como director musical de Olga Tañón ha trascendido del escenario al disco, como es el caso de "Olga viva, Viva Olga" el cual le ganó a la artista nominaciones tanto al Grammy sajón como al Grammy latino.
Estas aportaciones que distinguen la creatividad de Ramírez dentro del campo de la producción vienen a complementar una larga lista de créditos entre los que también se incluyen sus producciones para figuras de primer orden como Roberto Rohena, el Conjunto Chaney, el álbum nominado al Grammy de Willie Rosario, "Nueva cosecha"; y la producción "Hecho en Puerto Rico" de Willie Colón.
En resumen, a pesar de su juventud, la labor de Humberto Ramírez dentro de la música es indiscutiblemente encomiable. El joven que desde su nacimiento ha estado prácticamente en contacto con la música, y que posteriormente llegara a completar estudios en esta expresión del arte en centros como la Escuela Libre de Música, el Berklee College of Music y el Dick Grove School of Music, hoy camina a establecerse dentro de los grandes nombres del pentagrama musical a fuerza de talento, determinación y creatividad.
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